Sunday, May 5th, 2024
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Dentro de UG2 en Stanford: Vigilancia, preferencia, intimidación

Graphic of person wearing UG2 shirt facing forward and another person facing backward
Custodial workers subcontracted under UG2 to clean University buildings describe poor working conditions, disability discrimination and lack of support from their union. (Graphic: DARREN SHIAO/The Stanford Daily)

Artículo original por Itzel Luna y Jacqueline Munis

Traducción por Itzel Luna, Jacqueline Munis y Sofia Gonzalez-Rodriguez

 

Nueve fuentes incluidas en este artículo han pedido permanecer en el anonimato por temor a repercusiones profesionales. Se han utilizado seudónimos para mejorar la legibilidad. Como la mayoría de estas fuentes están actualmente subcontractadas bajo UG2, The Daily también ha optado por retener fechas específicas, y en lugar de ellos, estamos usando plazos generales, para proteger sus identidades.

Adriana, quien ha trabajado el turno de noche como empleada de limpieza en el campus por casi 20 años , relata que, el año pasado, sus supervisores le exigieron realizar trabajo adicional sin explicación alguna. Su área de limpieza fue expandida para incluir una cocina en un piso separado del  que ella tenía asignado durante años. 

Adriana dijo que siempre se ha sentido orgullosa de trabajar en Stanford y conoce “todos los edificios” de la universidad. Sin embargo, ella y otros trabajadores describieron una cultura de vigilancia, intimidación, favoritismo, y disciminacion por parte de su subcontratista, UG2, que hace su trabajo “imposible.” 

“Yo trabajaba muy bien con ellos… Yo siempre les he dicho ‘A mí me gusta trabajar con ustedes. Ayudenme y yo los ayudo,’” dijo Adriana. “Pero últimamente… hemos tenido muchas experiencias muy malas.” 

En entrevistas con The Daily, varios trabajadores de limpieza dijeron que UG2 ha utilizado tácticas de intimidación durante años para aislar a los empleados e inculcar una sensación de vulnerabilidad laboral entre ellos. También dijeron que su sindicato ha sido negligente con sus preocupaciones e ignorado sus peticiones de mejorar sus condiciones laborales. 

Con el objetivo de mejorar dichas condiciones, los trabajadores dijeron que UG2 debe despedir a la supervisora Citlali Bracamontes y Victor Hugo Cuevas, el gerente de operaciones. 

Contactado por The Daily, Cuevas se negó a comentar. Bracamontes no pudo ser contactada por la redacción. 

“Yo lo que quiero es que sepa todo Stanford, el presidente de Stanford, quiero que sepa lo que están haciendo conmigo y con los demás compañeros míos. Que ya basta– ya basta de esta compañía,” dijo Carmen, una empleada del turno de noche que trabaja en Stanford desde hace más de 10 años. 

Los trabajadores de limpieza son subcontratados para limpiar edificios académicos y espacios comunitarios a través de UG2, una compañía subcontratista. En los últimos 15 años, Stanford ha cambiado su compañía de subcontratación tres veces. UG2 se convirtió en el subcontratista de limpieza principal de la Universidad en 2019, pero la mayoría de sus empleados han trabajado en Stanford durante décadas. Aunque la compañía ha cambiado tres veces, muchos de los trabajadores y líderes siguen igual. 

Hay alrededor de 180 trabajadores de limpieza contratados por UG2 en el campus, según Grover Brown, el vicepresidente asociado de operaciones de la costa oeste, con base en Stanford. Aunque se negó a dar un número exacto, Brown estimó que 75 trabajan durante el día y 105 en la noche. 

Las quejas de los empleados no son nuevas. Los trabajadores han compartido sus preocupaciones con el sindicato y la compañía sobre el exceso de trabajo durante más de una década. En repetidas ocasiones,  activistas estudiantiles también han criticado la práctica de subcontratación que la Universidad emplea para reducir costos, diciendo que crea entornos de trabajo injustos.

“[Se espera que] clientes como Stanford minimicen la brecha en los sueldos entre los puestos de trabajo, como los trabajadores de limpieza y los trabajadores más pagados. La misma presión no existe para los contratistas,” dijo Zofia Trexler ’25, miembro de Stanford Students for Workers’ Rights (SWR). 

Con frecuencia, los trabajadores subcontratados tienen un sueldo inferior y se les concede menos tiempo libre en comparación con los empleados contratados directamente por la Universidad, dijeron los activistas estudiantiles. Esto también se aplica a Stanford, donde los trabajadores subcontratados de UG2 fueron los primeros en ser despedidos durante la pandemia de COVID-19 y tuvieron que pelear por obtener la continuación de sus salarios por parte de la Universidad, según activistas

“No somos animales’: El turno agotador de la noche

El turno de noche, que empieza a las 6 p.m. y termina a las 2:30 a.m., puede ser agotador. Los empleados nocturnos decían que ellos se llevan la peor parte de la carga de limpieza. 

“Siempre ando matándome allí…ya que no puedo caminar, pero ando haciendo el trabajo lo más mejor que puedo,” dijo Manuel, que ha trabajado el turno de noche durante casi 10 años. 

Varios empleados decían que el trabajo que se les asigna cada noche es “imposible” de cumplir. 

Martina, quien trabaja en el turno de noche, dijo que sus supervisores esperan que limpie todos los baños, duchas, salas de conferencias, oficinas, cubículos, cocinas, salas de descanso y áreas comunes en un edificio de cinco pisos que está abierto las 24 horas. Otro empleado del mismo turno dijo que él está encargado de limpiar tres edificios distintos en el campus. 

Los trabajadores explican a The Daily que, con frecuencia, temen no poder cumplir con sus áreas asignadas a tiempo, por lo que continúan trabajando durante sus pausas para almorzar y durante sus descansos en el turno de ocho horas.  Algunos también dijeron que a veces sus supervisores programan reuniones de trabajo obligatorias  durante los descansos.

“Siempre nos intimidan y pues, la verdad si, [es que] uno ocupa el trabajo,” dijo, Camila, una empleada de UG2 que trabaja en Stanford desde hace más de 10 años. “No está uno aquí por gusto. Todos estamos aquí por la necesidad. Entonces no tienen que tratarnos como animales, somos seres humanos.”

Los trabajadores dicen que los supervisores de UG2 siempre culpan a la Universidad cuando hay preocupaciones sobre estándares exigentes y nuevas regulaciones. 

“Todo el tiempo, Stanford es culpable. Dicen ‘Nosotros no tenemos nada que ver porque Stanford lo está pidiendo y Stanford lo está exigiendo,’” dijo Carmen. 

Sin embargo, los trabajadores, decían que tienen dudas si esto es verdad. 

“Yo no creo que Stanford es el que les diga ‘Hablale con rudes a la gente.’ Stanford no va a decirles que nos traten mal… Ellos no van a tratarnos así,” dijo Camila.

Ambos UG2 y Stanford confirmaron que la Universidad no tiene voz en la contratación o la supervisión de los empleados de UG2. La portavoz de la universidad, Luisa Rapport, dijo que UG2 tiene la sola responsabilidad “de emplear y supervisar a los trabajadores de limpieza, incluyendo las evaluaciones del desempeño de los empleados.”

Pero según Brown, la Universidad tiene autoridad para inspeccionar y emplear a terceros para realizar las inspecciones. “Stanford tiene una obligación de asegurarse que cualquier vendedor está trabajando y proveyendo según sea necesario,” dijo Brown, añadiendo que UG2 normalmente realiza inspecciones conjuntas con la Universidad. 

UG2 and union reject disability accommodations UG2 y el sindicato rechazan las acomodaciones de discapacidad. 

Múltiples empleados solicitaron medidas adaptadas a ciertas discapacidades que fueron recomendadas por sus médicos, según muestran documentos revisados por The Daily. Sin embargo, según decían, estas fueron rechazadas por la empresa. Los trabajadores decían que la compañía les propuso que se dieran de baja por discapacidad o que renunciasen a sus puestos. 

Una trabajadora, Elena, dice que fue forzada a aceptar un permiso de discapacidad sin explicaciones el pasado mes de noviembre, después de trabajar para UG2 desde 2016. Estuvo sin trabajo durante casi tres meses. 

“No pues [es] demasiado estrés. Porque en la noche, me despierto y la verdad, no puedo dormir,” Elena dijo. 

Hace cuatro años, Elena obtuvo un permiso de discapacidad por primera vez por diez meses después de someterse a una cirugía. Cuando regresó a trabajar, los supervisores le asignaron un área de limpieza que no incluía escaleras para cumplir con sus necesidades de discapacidad. 

De repente, el pasado mes de noviembre, los supervisores de UG2 añadieron varios tramos de escaleras a su trabajo. Elena dijo que, el día después, les recordó sus limitaciones por discapacidad. Una carta enviada por su doctor a UG2, revisada por The Daily, dijo que Elena no debía subir escaleras ni trabajar en alturas.

Entonces, la compañía avisó a Elena de que no podía adaptarse a su discapacidad. Los supervisores y el sindicato le dijeron que se fuera a casa sin explicarle si tenía un permiso de discapacidad o si fue despedida, dijo.

Desde que la enviaron a casa, Elena dijo que nadie de UG2 la ha contactado aunque ha hecho varias visitas a la oficina de UG2 y llamado a los supervisores. Después de un mes, ella recibió una carta de UG2 diciendo que su solicitud de acomodación fue rechazada. 

“Si, así me dejaron,” Elena dijo. “Yo me siento discriminada porque desde ese día yo ya mi vida cambió. Porque sin ningún motivo. Nunca he tenido ningúna queja o algún reporte de algo malo… Nada.” 

Carmen, otra trabajadora del turno de  noche, diceque ha sufrido meses de discriminación por su discapacidad.  

Cuando fue diagnosticada de una enfermedad neurológica el año pasado, su doctor impuso ciertas restricciones en sus capacidades de trabajo. Pero, cuando Carmen pidió esas acomodaciones, UG2 las rechazó y le dijo que tenía que tomar un permiso de discapacidad de tres meses. 

“Yo lloré… Lloré de impotencia. Le dije es discriminación. Me estás discriminando por mi enfermedad…Yo tengo que pagar renta. Tengo que pagar aseguranza. Tengo que pagar todo. Y qué?,” dijo Carmen.

Carmen no trabajó durante tres meses—el tiempo máximo de permiso por discapacidad anual—antes de volver a su trabajo contras las órdenes de su doctor, ella dijo. 

“Ellos lo que quieren es que yo me vaya. Que yo sola me vaya. Pero necesito trabajar,” Carmen dijo. Su trabajo es su sustento y el de su esposo, y el pago por discapacidad era inferior al sueldo de la compañía. 

Carmen dijo que cuando habló con Cuevas sobre adaptar sus tareas a su discapacidad, él le preguntó “‘Señora, porque mejor no se va a México?’”

Cuevas se negó a comentar. Edgar Colon, un vicepresidente de UG2, dijo que la compañía no tiene obligación legal de crear una nueva posición ni cambiar las tareas para acomodar a un trabajador. Colon dijo que no recuerda ningún caso de un empleado de UG2 despedido por la falta de acomodación a una discapacidad, pero que “los empleadores a ese punto, si no hay otra solución, pueden [despedirlos].” 

“No es una decisión que hacemos sin pensar. Es un proceso muy detallado… siempre pensamos en la ley y la seguridad y el bienestar,” dijo Colon. 

Mientras que algunas medidas adaptadas a las discapacidades de ciertos empleados son rechazadas por la compañía, otros trabajadores reciben trato preferencial, decían algunos trabajadores. Dicen que los supervisores tienen favoritismo cuando se trata de asignar turnos y niegan constantemente algunas solicitudes para cambiar turnos pero aprueban otros.

Trabajadores dijeron que sienten que Marlen Gonzalez Hernandez, una coordinadora de recursos humanos y operaciones de UG2, da preferencia a sus familiares que trabajan para la compañía. 

Gonzalez Hernandez no pudo ser contactada directamente para comentar. Colon negó cualquier trato preferencial y dijo que González Hernández tiene “cero supervisión, cero autonomía, para proporcionar cualquier tipo de dirección operativa”.

Colon confirmó que la norma de la compañía es que los empleados no están permitidos a supervisar a sus familiares. El contrato entre el sindicato de trabajadores y UG2, obtenido por The Daily, también dice que “todas formas de favoritismo, están prohibidas. 

‘¿Estamos pagando, para que?’: El sindicato ofrece poco apoyo, dicen los trabajadores

Los trabajadores decían que, durante años, se han quejado de aseguran que, durante años, se han quejado de esta lamentable cultura laboral, pero cuando piden apoyo al sindicato, este les ofrece muy poca.

Varios empleados contaron a The Daily que su sindicato, United Service Workers West (USWW), les ha negado múltiples solicitudes de presentar una queja en contra de UG2 en base a la discriminacion, el acoso y el trabajo excesivo.

La organizadora del sindicato, Abigail Amador, suele desatender estas solicitudes de quejas sobre las condiciones laborales y está “del lado” de UG2, dijeron los trabajadores.

“En vez de venirnos a ayudar, nos viene a acabar de demoler,” dijo Camila. “Un día vino y, enfrente de la compañía, dijo que nosotros debemos de dar gracias por tener nuestro trabajo.” Otro trabajador dijo que Amador también les dijo que ellos deben de estar agradecidos por su empleo “aunque tengan exceso de trabajo.”

El director de comunicación de SEIU-USWW, Stephen Boardman, se negó a responder a las preguntas relacionadas con empleados o incidentes específicos. Amador se negó a comentar.

Varios trabajadores dijeron que no se sienten representados por su sindicato, dejándolos sin apoyo cuando tratan de mejorar sus condiciones laborales frente a UG2.

“¿Entonces, estamos pagando membresía por qué? Para nada, porque nada mas pagamos por pagar. No viene a darnos una junta, no viene a ver que problemas hay aquí,” dijo Camila. 

Carmen dijo que le pidió a Amador que solicitara una queja en contra de UG2 a través del sindicato, pero fue rechazada. La solicitud de Elena también fue rehusada, según documentos revisados por The Daily. Cuando el sindicato les niega sus quejas, los trabajadores se quedan con poco recurso.

“Yo no conozco a nadie que me oriente. ¿Dinero? Pues, yo no tengo cómo pagarlos. ¿Cómo voy a pagar abogados?” dijo Carmen. 

Boardman no respondió a las preguntas sobre las circunstancias específicas que pueden llevar a la aprobación o al rechazo de las quejas, o cómo funciona este trámite.

“Si hay problemas específicos que nuestros miembros tienen con un organizador, pueden abordarlas directamente con el sindicato,” escribió. 

Boardman escribió que los miembros del sindicato también pueden ir a la oficina de SEIU-USWW o llamar para transmitir un agravio. La oficina del sindicato en San José está a 23 millas de distancia del campus de Stanford, a unos 30 minutos manejando. También resaltó que “si un miembro reporta una violacion del CBA o la ley, si se presentara un agravio.”  

El pasado mes de octubre, los trabajadores dijeron que le escribieron una carta a la compañía pidiendo el despido de Amador, lo cual fue rechazado por el sindicato.

Un sistema de vigilancia 

UG2 utiliza un sistema de puntos para mantener una lista de infracciones, que se da a los trabajadores en forma de tickets. Trabajadores dicen que basado en cómo ellos entienden el sistema, el primer punto es una advertencia verbal, el segundo es una cita escrita y el tercero puede ser motivo de despedida.  

Pero los trabajadores dicen que ese sistema es explotado por los supervisores para inculcar intimidación entre los empleados. Manuel dijo que si un trabajador les dice a los supervisores que no puede completar su área de limpieza, “allí te accumulan un punto porque le contestaste mal al supervisor.” 

Colon dijo que los trabajadores pueden acumular hasta 11 puntos al año antes de que se considere el despido, agregando que el sistema de puntos fue implementado en Stanford en el 2019. 

“Es esencial para mantener la eficiencia de las operaciones y respetar las obligaciones de nuestro equipo. Aseguramos que cada empleado nuevo reciba una sesión informativa comprensiva sobre estas normas para fomentar la compresión y la adhesión,” dijo Colon. 

Los trabajadores decían que el sistema de puntos crea estrés adicional. “Están presionando mucho a la gente, le regañan, por cualquier cosa le quieren dar warning, le quieren day unos tickets que siguen dan ellos, que a tantos tickets te descansan o te despiden,” dice Rafael, un trabajador de UG2. 

“Ya sabes que diario vas a ver algo,” Camila dijo. “Y ya vienes pensando ‘Oh, a ver ahora con que salen.’ Piden mucho y ofrecen poco. Nos exigen mucho y no nos dan nada.”

El 20 de noviembre, varios trabajadores dicen que los supervisores les dijeron que “el Estado” iba a hacer inspecciones y que ya no podían guardar sus pertenencias personales en los armarios de suministro. Algunos trabajadores decidieron esconder sus cosas en armarios y gabinetes alrededor del edificio en donde trabajan. 

Brown negó haber oído o anunciado una visita del Estado. Dijo que, en general, es póliza de la compañía que los empleados no pueden dejar cosas personales en los armarios. 

Cuando se le preguntó sobre dónde los trabajadores pueden guardar su pertenencias personales, Brown dijo que los trabajadores frecuentemente dejan sus cosas en sus autos y también pueden dejar su almuerzo cerca de los salones de descanso en los edificios en los que trabajan. Sin embargo, varios empleados dijeron a The Daily que comparten coches con compañeros o familiares, o usan el transporte público para llegar al trabajo. 

En la misma entrevista, Brown después dijo que a los empleados, de hecho, si se les permite dejar sus pertenencias en los armarios, pero tienen que sacarlas cuando termine su turno. Los empleados dijeron a The Daily que tan recientemente como diciembre, todavía no tenían permiso para dejar sus cosas personales en los armarios. 

Los trabajadores buscan el apoyo de los estudiantes y de Stanford 

Los trabajadores decían que tienen más apoyo de los estudiantes y los profesores que de su propia compañía.   

Un miembro de SWR, Kyra Dorado Teigen ’24, dijo que los estudiantes, que son “la gente principal que la Universidad pretende que servir,” deben de sentirse responsable por crear y mantener relaciones con los miembros de la comunidad, como los trabajadores de UG2, “la gente que lleva el campus en realidad.”

La portavoz de la Universidad, Luisa Rapport, escribió que Stanford tiene una poliza de cero tolerancia frente a la discriminación o al acoso en el lugar de trabajo. 

“Esperamos que UG2 aborde las preocupaciones de sus empleados que trabajan en Stanford de una manera justa y puntual. UG2 nos ha asegurado en el pasado que comparten ese compromiso y que tienen los procedimientos en orden para proteger a los empleados de la discriminación y del acoso,” Rapport escribió. 

La Universidad no respondió a varias peticiones de comentarios sobre incidentes específicos o preguntas sobre los servicios de la Universidad. 

“Ocupamos ayuda de los estudiantes,” dijo Camila. “Viera que bonito se siente que la gente de los edificios apoya a uno… Mi gente de mi edificio son tan buenos. Siempre dicen gracias por su trabajo, gracias.”

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